Yo alucino con este hijo de la gran puta!!!!
Pero una injusta, incoherente y discriminatoria nueva medida aprobada por el Gobierno –inspirada, amparada, provocada y patrocinada, sin duda alguna, por Pere Navarro y la DGT, pues lleva su sello clarísimamente marcado– y que supone una grave agresión contra la moto, la que trunca la sana alegría de los buenos resultados deportivos en el mal humor y el cabreo de sentirte discriminado y perseguido por el hecho de ir en moto.
Me refiero a la medida, colada a traición entre los numerosos acuerdos del último Consejo de Ministros celebrado en vísperas del «puente» del pasado 15 de agosto. Como es una medida radicalmente injusta e incoherente y que provocará contestación, nada mejor que deslizarla en pleno agosto, cuando medio país está de vacaciones y toda la atención informativa se centra en el deporte.
La agresión no es otra que lo que nos veníamos temiendo desde el mes de mayo cuando supimos que Pere Navarro se dirigió a Hacienda e Industria para pedir una modificación de la norma impositiva tras ver cómo las motos en su inmensa mayoría lograban quedar exentas de pagar el impuesto de matriculación basado en la ley de calidad del aire, bajando por lo tanto sus precios PVP y frenando con ello, en tiempo ya de abierta crisis, su caída de ventas. Pero Navarro quiere cuantas menos motos en circulación, mejor, especialmente grandes, y por eso buscaba un nuevo marco impositivo para las motos, y ya le han hecho caso y ya lo tiene. La norma, el verdadero atropello legal perpetrado, discrimina entre las emisiones de CO2 de coche y de moto. En coche puedes lanzar más CO2 al aire y pagarás por ello casi la mitad que en moto.
Como casi todas las motos quedaban exentas al estar sus emisiones por debajo de 120 g/km, rasero marcado para los coches, pues ahora se rebaja ese mínimo a 80 g/km para que una moto no pague. Luego se hará pagar el 4,75% a las que estén entre 81 y 100 g/km y a las que emitan entre 101 y 120 g/km –coches y motos, hasta ahora, «gratis»– se les aplicará el 9,75%. Pero aquí no termina todo, la aberración legal -para plena satisfacción de Pere Navarro- va mucho más allá, castigando literalmente a cualquier moto que tenga una potencia superior a 100 CV «independientemente de sus emisiones» como dice el texto legal, con la penalización máxima que supone pagar un 14,75%. Navarro ha logrado pues en las motos de más de 100 CV lo que ya logró antes, con resultados devastadores en el mercado por caída en picado de ventas, en el sector de los quads y las motos de agua que pagan también la tasa máxima y no por lo que emiten, sólo por el hecho de ser un quad o un jet. El «sello Navarro» va incluido en la norma que añade textualmente «se les aplicará el tipo impositivo más alto para combatir la elevada siniestralidad asociada a este tipo de vehiculos» algo que es una falacia total y una insidiosa mentira, pero con la que se busca ir retirando cuantas más motos grandes mejor de las carreteras. Luego habrá que seguir con las de cilindrada y potencia media que son las que por ser mayoritarias padecerán más accidentes y así sucesivamente...
Pere Navarro va a seguir haciendo daño a la moto, todo el que pueda y aplicará todos los medios a su alcance, hasta que consiga que circulen el mínimo número posible, es su fórmula magistral de reducir la siniestralidad. La voz de la moto, la tuya y la del sector, debe oírse ahora más alto y más fuerte que nunca porque el acoso al que nos tiene sometidos dudo mucho que termine aquí.